GLAMORT

7:19 hrs, jueves 19 de septiembre de 1985. Los corazones en Wonderland City tiemblan más que el blando subsuelo, el caos es total, en todos los lugares en donde las miradas se posan existen postales del fin del mundo. El centro de la Ciudad ha sido devastado por ese movimiento de subducción de placas ocurrido a algunos cientos de kilómetros de distancia. De nuevo Tlatelolco es protagonista mayor de la tragedia, otra vez la zona del antiguo mercado prehispánico contribuye con su cuota de sangre al destino. Cientos de edificios perdieron el equilibrio y buscaron volver al suelo que alguna pertenecieron.

Y bueno irremediablemete había dos rolitas candidatas para consagrarse como soundtrack de este irrepetible vigésimo aniversario de la mas grande tragedia de la Ciudad de Mexico en tiempos modernos. Estuvo muy canijo decidir cuál sería la rolita porque, la de Gardel se antojaba como la mera precisa pero al final pues somos fresones y vivimos una buena época de la vida al calor del rock en español y pues no pudimos dejar de decidir que la rolita fuera esa de "cuando pase el temblor" de los sodas estereos. La verdad es que lo que hizo la diferencia en tan dificil decision fue el verso ese que a la letra dice:

"hay una grieta en mi corazón, un planeta con desilusión...".

Ese verso me conviene mucho en este 20 aniversario del macrosismo puesto que la verdad es que hay otros temblores que tambien provocan fallas y fisuras en los corazones y llevan igualmente componentes trepidatorias y oscilatorias y aceleraciones mayores a las de la gravedad y sin embargo casi nadie habla de esos terremotos, nadie nos dice como prevenir los tsunamis sanguineos que desbordan los diques de nuestra razon y nadie nos previene con alarmas frente a esas tragedias. Y bueno como no hay manera de defenderse contra eso pues el corazon al menos a mi se me ha ido fisurando y destruyendo y derrumbando en zonas muy amplias, y como quiera sigo arriesgando y construyendo en el grandes esperanzas a las cuales he empezado a equipar con complejos dispositivos disipadores de energia que sirvan para aislarlas de los movimientos del corazon. Ojalá la ingenieria sísmica estuviera más y mejor desarrollada para poder equipar mejor los sueños y esperanzas que tanto me gusta construir a diario en las planicies de la zona más sísmica del corazon.

Que la vida los coloque en la mas asísmica de las regiones del destino, que nunca sientan abrirse grietas bajo sus pies y que nunca se les derrumben sus ilusiones por haber entrado en resonancia con los periodos de oscilacion dominantes del planeta.

Hay que tomar precauciones, porque supongo que volverá a temblar en la tierra y en los corazones. Pero bueno, nada de alarmismo, como decía alguien por ahí a propósito del terremoto: "para que vuelva a temblar así pues sólo que fuera de plano una de malas..."

 
Detengámonos un instante en los sentidos que se desprenden del título GLAMORT...palabra que en el idioma de Proust se sugiere como contracción de dos palabras, a medio plano entre el "Glamour" y la "Muerte" (mort, en francés).

Glamour es un vocablo ya muy afrancesado que originalmente fue tomado prestado del inglés (glamour o glamor), y nos envía a variadas acepciones en el sentido de "encanto", "seducción", "encantamiento", "romanticismo", "sensualidad"; es un término que se popularisó por el mundo hollywoodense y entre las estrellas del cine durante los años 40s, 50s y los siguientes. El diccionario de la Real Academia Española define "Glamour" como: "Encanto sensual que fascina".

Y bueno el día que decidimos que este blog viera la luz esta palabra se nos cruzó tatuada entre los senos de una de esas ya raras princesas roncas, tropezadoras y oscuras. Era una princesa que encarnaba bien mi arraigada sospecha de que en tanto que seres sensuales nos debatimos a cada segundo entre el glamour y la muerte. La palabra GLAMORT me significó entonces mucho al verla tan sensualmente tatuada y llevada por esta princesa como estandarte por la vida...una princesa que tal vez se mira a sí misma como glamorosa hasta morir...no dudé entonces en situar GLAMORT en lo alto de esta colección de decires...voilà. 

"Cuando yo era bebé, mi madre no me meció ni me acarició ni me mimó lo suficiente; simplemente no fue suficientemente tierna; es todo, y eso explica el resto, y el conjunto de mi personalidad, mis zonas más dolorosas en todo caso...Todavía hoy, cuando una mujer rechaza tocarme, acariciarme, experimento un sufrimiento atroz, intolerable; es un desgarramiento, un derrumbamiento, es algo tan espantoso que siempre he preferido (en lugar de correr el riesgo) renunciar a toda tentativa de seducción. El dolor en esos momentos es tan violento que ni siquiera puedo describirlo correctamente, es algo que supera todos los dolores morales, y la casi totalidad de los dolores físicos que he conocido en otras partes; en esos momentos tengo la impresión de morir, de ser realmente nada. El fenómeno es simple, nada me parece más simple de explicar e interpretar; creo también que es un mal incurable. Lo he intentado. El psicoanálisis se ha declarado desde entonces impotente para luchar contra las patologías tan bien ancladas; pero un tiempo puse alguna esperanza en el renacimiento, el grito primigenio...no dió resultado. Lo sé ahora: hasta mi muerte seré un niñito abandonado, que llora de miedo y de frío, hambriento de caricias."

 

Sabado 20:30 hrs, Teatro de la Cd. de México, tarde-noche en la que la ciudad suena a todo humo los ruidos de cualquier otro sabado, en particular en el centro histórico de la megaurbe los sonidos me suenan a plañidos de un pasado que sigue siendo glorioso. De algún modo desafortunado el mercado prehispánico se transformó en pregonares del tipo:

"bara-bara-baraaaaaaa.....",
"llévelo-llévelo-lléveloooooo...",
"aqui están las peliculas de todos los hoteles de Tlalpaaaaannn....secretarias, licenciados y hasta ingenieroooooosss...búsquese en el devedeeeeeee...llévelo-llévelo-llévelooooo...",
"si mire es la oferta es la promoción, productos de alta calidad le viene ofreciendo..."

Pero bueno detrás de todos esos acostumbrados ruidos urbanos estaba la cita para las almas que todavía creen en los juglares y en operaciones sonoras de alto riesgo. Una vez más la mítica (para mí) banda IN THE NURSERY volvió a hacer sonar sus sonidos en Wonderland City. Esta vez se trató de la musicalización de una de las joyas del expresionismo alemás: la peli "ASPHALT". 

"...tan desesperado como he podido estar, no he perdido nunca la esperanza de la llegada de un ser que se me pareciera y cambiara absolutamente mi destino. Un ser que en la simplicidad de su dolor diera sentido al mío. Creo que esta confianza en la llegada de un tal ser es lo que tengo de más impecable, de más sagrado. Y el cine, yo creo que no es nada más que eso. Nada más que la esperanza de ese encuentro. Creo que si hay algo de sagrado en el cine, es esta sed terrible de lo desconocido y esta confianza desrrazonada en la palabra del que viene..."

"Entré en dépendance entière,
Je sais le tremblement de l'être
L'hésitation à disparaître,
Le soleil qui frappe en lisière
Et l'amour où tout est facile,
Où tout est donné dans l'instant ;
Il existe au milieu du temps
La possibilité d'une île", p.433